Los alimentos fortificados son aquellos que han sido complementados con nutrientes esenciales para el cuerpo humano, como vitaminas y minerales. Estos alimentos son especialmente importantes para personas que no están recibiendo suficientes nutrientes de sus dietas regulares, especialmente para aquellos que tienen un mayor riesgo de carencias nutricionales, como los niños, las mujeres embarazadas, o las personas mayores.
En 2013, y gracias al impulso de doña Isabel Gutiérrez de Bosch, y a la colaboración del equipo de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez (FJBG), se planteó la necesidad de abordar el problema de la desnutrición crónica en Guatemala.
Como resultado, la Junta Directiva de la Fundación tomó la decisión de enfocarse en este tema comenzando en San Cristóbal Totonicapán. Por esa razón, surge la idea de crear Nutribien, un alimento fortificado elaborado y desarrollado con el apoyo de CMI Alimentos, que consiste en una mezcla de harina de trigo, maíz precocido, soya y leche, y que permite aportar a quien lo consume un gran porcentaje de energía y proteína.
Después de realizar varios estudios y análisis, se dio origen al atol de Nutribien, cuya mezcla está diseñada para ser consumida especialmente por niños en crecimiento a partir de los 6 meses de edad, así como por mujeres embarazadas y en estado de lactancia.
En 2014, se inició el proceso de prueba del atol, llevando a cabo las primeras muestras sensoriales precisamente en San Cristóbal Totonicapán. El equipo de Molinos Modernos, parte de CMI Alimentos, se encargó de la primera preparación.
La formulación fue llevada a la sede de esa región, en donde se convocó a mujeres embarazadas, en estado de lactancia, y niños para probar la primera versión del atol, y así dar sus percepciones sobre sus características, tales como el color, olor, sabor y consistencia del mismo.
Durante la prueba se prepararon distintos sabores tradicionales, como chocolate, vainilla, fresa o banano. Sin embargo, y para sorpresa del equipo, ninguno de estos sabores fue del agrado de los participantes, y por ello se decidió dejar el atol sin sabor, ya que su sabor natural era el más agradable y el que más se asemejaba al sabor local.
Una vez concluida esta fase de pruebas, se evaluó la aceptación que tendría el atol entre las mujeres de la región que fueran participantes del Programa de Nutrición. Nutribien tuvo éxito como una bebida complementaria a la alimentación de los niños, con el fin de cubrir la «ventana de los mil días», que comienza desde el momento en que el niño está en el vientre de su madre.
Por lo tanto, desde entonces ha cumplido ampliamente su misión de ayudar a prevenir la desnutrición crónica.
Nutribien ha evolucionado a lo largo del tiempo para ofrecer siempre la mejor versión a sus consumidores. Hoy, se trata de una mezcla de harina de trigo, maíz precocido, soya y leche, cuya formulación está especialmente diseñada para proporcionar una gran cantidad de energía y proteína al cuerpo de quienes la consumen.
Al consumir Nutribien en forma de papilla de acuerdo a las recomendaciones, un niño menor de un año puede cubrir una quinta parte de sus necesidades de energía y más del 40% de sus necesidades de proteína.
Así, las beneficiarias de este producto han encontrado cada vez más maneras creativas de utilizar la harina fortificada para preparar varios de sus platillos preferidos, como: atol, papilla, empanadas, chuchitos, tortitas y muchos otros alimentos.